Escribe al autor
You can use this page to email Pablo D. Flores about Corriente de cambio.
Sobre este libro
Corriente de cambio cuenta la historia de una coincidencia. La ciudad, que no tiene nombre porque es la única y la última de la Tierra, vive y reposa entre el Mar que la sustenta y el desierto que se eleva a sus espaldas. Sus tradiciones son inmutables, o mutan con tal lentitud que nadie de los que la habitan es capaz de discernir el ir y venir del péndulo. Cada solsticio de verano, los sacerdotes del Mar que han alcanzado la edad madura vuelven a él para ser recibidos por las olas. Los hombres-pez viven su existencia oculta y hosca en las costas alejadas. Sobre ambos pueblos, ajenos entre sí, giran mudas las pequeñas lunas de los Rezagados, que cada siglo (si acaso) echan una mirada a la historia que transcurre en el planeta de sus antepasados. Hará falta que la rebeldía de un hombre coincida, como nunca antes en un millón de años, con el despertar de una chispa de curiosidad de los observadores de lo alto. Una vez que hayan enfrentado al Mar, ¿quién sabe adónde los llevará la corriente?
Sobre el autor
He sido lector y escritor casi desde el mismo momento, aunque la calidad de mi lectura mejoró con mucha mayor rapidez que la de mi escritura. Mi género de elección es la ciencia ficción. Asimov y Clarke fueron mis maestros: su fama y su prolífica obra los hacían accesibles, en una época donde había que ir hasta una biblioteca y buscar físicamente entre fichas de cartón para encontrar un libro. Autores más difíciles, más enredados, tomaron su lugar más tarde. Les debo mucho a los mundos extraños de Brian Aldiss, a los tiernos y salvajes personajes de Ursula K. LeGuin, a la sensatez en medio de las alucinaciones de Philip K. Dick; también, en otro orden, a la épica de los más pequeños de Tolkien y las salidas airosas de los pícaros de Vance. Y sobre todos ellos y más allá, firme como una estrella polar, la perfección de la voz de Borges.
Soy argentino, nacido en Rosario, provincia de Santa Fe, y allí mismo vivo. No creo que haya vida después de la muerte, pero si algo espera después, quisiera que fuese una biblioteca.